Las pruebas FAT (Factory Acceptance Test) son una parte fundamental en cualquier proyecto industrial que requiera la fabricación de cuadros eléctricos.
Estas pruebas se realizan una vez que se ha finalizado la fabricación del cuadro y antes de su envío al cliente, con el objetivo de demostrar que el equipo cumple con todas las especificaciones de diseño, producción, seguridad y mantenimiento.
Así, en empresas como Montega, cuentan con un programa interno específico para realizar las pruebas FAT, el Programa Marcado CE, que se encarga de verificar todos los requerimientos del cuadro a nivel mecánico, eléctrico, autómatas, redes de datos, variadores, normativo, funcionamiento, rendimiento, seguridad, mantenimiento, etiquetado y documentación, entre otros. La importancia de las pruebas FAT es tal, que se define con una metodología y unos criterios de validación específicos, y los resultados se registran en el programa.
Es importante destacar que las pruebas FAT están personalizadas a cada armario, aunque la mayoría de ellas son genéricas. Esto significa que cada cuadro es sometido a pruebas específicas según sus características y requerimientos, lo que garantiza la calidad y el correcto funcionamiento del equipo.
Funcionamiento de las pruebas FAT en la industria
Las pruebas FAT se llevan a cabo en sus instalaciones, lo que permite solucionar cualquier incidencia que pudiera surgir con el menor impacto en coste, plazo y calidad. Además, una vez finalizadas y aprobadas todas las pruebas que componen las FAT, se genera un informe final en el que se recogen los resultados de cada prueba y se certifica que el cuadro ha superado satisfactoriamente todas las pruebas.
Realizar pruebas FAT no es una tarea obligatoria para los fabricantes de productos embebidos, pero a lo largo de los años ha demostrado ser una buena práctica como garantía de calidad y seguridad.
Estas pruebas permiten detectar problemas, incidencias o incluso fallos de diseño, que se corrigen de inmediato para que afecten lo menos posible a los costes, plazos y calidad. De esta forma, tanto el usuario final como el fabricante se benefician de la realización de las pruebas FAT. El usuario final se asegura de que el trabajo se ha realizado en base a los requerimientos de funcionamiento y seguridad, y el fabricante cumple con la garantía de calidad del proyecto realizado, además de ahorrar en costes de modificación o ampliaciones del plazo de entrega.
En Montega, cuentan con más de 30 años de experiencia en electricidad industrial y su principal preocupación es la calidad.
Si necesitas una empresa especializada en la fabricación de cuadros eléctricos, no dudes en contactarles. Te asesoraran sin compromiso y podrás conocer sus distintos servicios de consultoría.
La realización de pruebas FAT es una garantía de calidad y seguridad en cualquier proyecto industrial que involucre la fabricación, por lo que su importancia no debe ser subestimada.