El PC interviene ahora en casi todos los procesos de producción: desde facilitar el trabajo al oficinista hasta controlar los procesos tecnológicos.
La tendencia mundial hacia los ordenadores más pequeños ha dado lugar a toda una clase de PC: los embedidos y los mini PC. Son tan omnipresentes que hemos dejado de prestarles atención.
Las características comunes de estos sistemas son:
- Su configuración típica dentro de un mismo sistema
- Un conjunto típico de software de sistema y de aplicación en el marco de un sistema
- Uso tal cual, lo que significa que un PC puede simplemente encenderse, conectar los periféricos y las redes y el sistema empieza a funcionar inmediatamente, sin ninguna configuración.
En todos estos escenarios de aplicación, los ordenadores embebidos y los mini PC son elementos integrales de sistemas de información de producción altamente complejos y críticos que implican un funcionamiento continuo y cuya interrupción podría tener consecuencias no deseadas o irreparables.
La tolerancia a los fallos y la alta disponibilidad de los sistemas de información han sido el objetivo de los arquitectos, desarrolladores e ingenieros de sistemas durante décadas.
El objetivo siempre ha sido garantizar el funcionamiento continuo de los sistemas de servidores, porque son el corazón, el elemento principal de cualquier sistema de información.
La tecnología de la información está tan integrada en los procesos de producción que cualquier fallo del sistema de información equivaldría a la detención del proceso.
En efecto, la caída de un servidor bancario importante o de un sistema APCS de gran envergadura supondrá inevitablemente un tiempo de inactividad para la organización en cuestión y, por tanto, importantes pérdidas financieras. Si un proceso empresarial no funciona, no se gana dinero, lo que equivale a una pérdida de dinero.
